domingo, 1 de abril de 2012

LA COMUNICACIÓN DE RIESGO, o cómo jugarnos nuestro prestigio

La comunicación de riesgo es un concepto sobre el que muchas empresas u organizaciones no han reflexionado lo suficiente. La palabra riesgo proviene del italiano risicio o rischio y hace referencia a la proximidad de un posible daño, en este caso, hablamos de un daño en términos de imagen y reputación social corporativa. 


Un plan o estrategia que contemple la comunicación de riesgo en coherencia con los objetivos y valores de una marca, entidad o persona puede evitar que nos lamentemos de las consecuencias de una mala gestión. En ocasiones, invertir en la gestión de la comunicación cuando todavía el globo no ha estallado puede parecer un gasto suntuoso ante la esperanza de que la crisis no se desate o pase desapercibida finalmente. Sin embargo, una vez la crisis ha estallado trabajar en pro de la imagen es mucho más complicado y siempre existe la posibilidad de que la imagen quede dañada. 

Actualmente, las crisis de muchas empresas u organizaciones se desatan en las redes sociales por ello hay que saber cómo actuar y gestionarlas tanto previamente, si existe la posibilidad, como durante y posteriormente a la crisis, si no se ha podido evitar. La particularidad de las redes sociales es que todavía prevalece más la inmediatez en la respuesta y los mensajes directos con nuestra audiencia.

Es fundamental entre otros aspectos, analizar los pros y contras de la situación. No improvisar ni actuar por impulsividad, dado que una vez emitimos una respuesta a nuestra audiencia no debemos ni podemos hacer desaparecer las opiniones que se desaten ya sea en las redes sociales como en los medios tradicionales de comunicación.

Transparencia, seguridad y humildad

Tras analizar los pros y los contras, es importante crear una estrategia de actuación que por supuesto debe incluir un sólido argumentario donde incluiremos sin temor los aspectos más controvertidos o peliagudos de la situación. La transparencia, la seguridad  y a su vez la humildad son valores necesarios que deben aplicarse en dicha estrategia. Una empresa, firma o entidad no puede permitirse el lujo de descalificar o menospreciar las opiniones de su audiencia. Les debe una transparencia en las explicaciones que se le soliciten y a su vez seguridad en las decisiones que se están tomando. 

Dejando a un lado la impulsividad y la improvisación

La comunicación de riesgo no es fruto de la improvisación sino que debe estar incluída en los planes de comunicación de cualquier empresa que tenga una mínima visibilidad. A pesar de todo, si la crisis llega a desatarse, siempre quedará minimizado su impacto con este trabajo previo y entonces entrará en juego la comunicación de crisis. Ante las amenazas y en plena crisis es cuando la comunicación alcanza su máximo valor como intangible que repercutirá directamente en nuestras ventas/clientes y en nuestro prestigio.

Cristina García
Sui Generis Comunicación

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