miércoles, 15 de julio de 2009

El PAÍS pide perdón por plagiar a The Guardian

Tras la acusación de plagio por una crónica de EL PAÍS, el rotativo español pide perdón a través del Defensor del Lector.

(A continuación reproducimos la explicación que da la defensora del lector de El País)

En la red circula a toda velocidad una gran cantidad de información muy fácilmente asequible. Esa facilidad puede convertirse en una trampa. De ello trata el tercer ejemplo para la reflexión. Dos confidenciales publicaron el día 2 que El PAÍS había plagiado. Uno de ellos, siempre muy crítico con el grupo Prisa, lo hacía con este ácido titular: "Lección de periodismo de EL PAÍS: fusila un reportaje de The Guardian". A raíz de ello, algunos lectores preguntaron a la Defensora si era cierto y cómo podía explicarse. Efectivamente, las similitudes entre la crónica "El lujo se recupera", firmada por Mónica Andrade desde Roma, y "Recession is so last year: luxury goods firms are back in fashion", publicado por The Guardian, permiten utilizar la palabra plagio, pues aunque la crónica de Andrade es mucho más corta y no sigue el mismo orden expositivo, los datos, los nombres e incluso los entrecomillados son los mismos, sin que se cite al diario británico. De nuevo las premuras y una cadena de fallos en el control han llevado a la autora y al diario a saltarse el semáforo en rojo. Andrade recibió el viernes 26 a las 9.40 un correo en el que Mabel Galaz adjuntaba el artículo de The Guardian y le encargaba un texto de 45 líneas a partir de la idea del diario británico. La crónica llegó a la redacción a las 18.17 horas del mismo viernes y la responsable de Gente la dejó al equipo de fin de semana para que se publicara el lunes.

Mónica Andrade está desolada. "Mi gran error fue aceptar el peculiar encargo de realizar una pieza a partir de un reportaje de otro diario, realizado en Londres, y con muy escaso margen de entrega, al que yo, desde Italia, poco podía añadir. Como suele ser habitual, la petición se hizo con mucha premura, puesto que era viernes y había que mandar el texto ese mismo día para que saliera el fin de semana. No obstante, busqué más información en las páginas web de las empresas, que añadí para convertir un texto económico en una pieza adaptada a la sección de Gente. A pesar de ello, debería haber citado la fuente. Lamento mucho lo que ha pasado; no me había sucedido en 20 años de profesión, y espero no volver a verme envuelta en un caso similar". El hecho de que la crónica se publicara indica que nadie en la redacción chequeó esa información ni la comparó con el artículo que había motivado el encargo.

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