lunes, 24 de enero de 2011

BP y Transocean lideran la lista negra de la reputación corporativa

La reputación corporativa ha de afianzarse hoy en día en los cimientos del desarrollo sostenible y pese a su carácter diáfano presenta un gran potencial a la hora de generar beneficios a largo plazo. Cuando la reputación corporativa se alinea con las herramientas de gestión responsable, se obtienen indudables beneficios: crecimiento de los ingresos y acceso al mercado; ahorro de los costes y la productividad; acceso al capital; gestión de riesgos y licencia para desarrollar la actividad de la empresa; capital humano; valor de la marca y reputación.

De hecho, para Anthony Johndrow , director general de Reputation Institute, las personas se preocupan cada vez más por las compañías que hay detrás de los productos y los servicios que consumen, y todos los grupos de interés se han vuelto profundamente conscientes de que el comportamiento de las empresas tiene amplias y diversas ramificaciones que van más allá de su mera actividad diaria. Como resultado de la creciente demanda de mayor transparencia sobre las actividades corporativas de las empresas, la relevancia de los mensajes corporativos centrados en las marcas es cada vez menor. Se daría, por tanto, lo que para el experto daría lugar a la “Economía de la Reputación” en la segunda década del siglo XXI, legítima sucesora de la “economía de la innovación” en los 90 y la “economía del riesgo” en el año 2000.


FUENTE: ICNR