En Iberoamérica la violencia procede siempre del mismo quatuor infernal: narcotraficantes, la dictadura cubana, FARC y grupos paramilitares. En el continente africano también hay pocas modificaciones. En cambio, en Oriente Medio y Asia han cambiado algunas relaciones de fuerzas.
De la lista han desaparecido varios depredadores como en Somalia donde, en diciembre de 2008, cesaron a Mohamed Warsame Darwish, el jefe de los servicios de inteligencia y autor intelectual de varios raídas muy violentos, detenciones arbitrarias y disparos premeditados a los escasos periodistas del país. En Nigeria ha perdido su poder el SSS, servicio de seguridad del Estado. Desde hace poco, la policía nacional, y más particularmente su responsable Ogbonna Onovo, aparece en el país como el principal protagonista de las exacciones cometidas con la prensa. A la policía, que ya estaba mal formada antes, se le anima a usar la violencia con los periodistas, a fin de alejar a los testigos de sus operaciones.
De la lista han desaparecido varios depredadores como en Somalia donde, en diciembre de 2008, cesaron a Mohamed Warsame Darwish, el jefe de los servicios de inteligencia y autor intelectual de varios raídas muy violentos, detenciones arbitrarias y disparos premeditados a los escasos periodistas del país. En Nigeria ha perdido su poder el SSS, servicio de seguridad del Estado. Desde hace poco, la policía nacional, y más particularmente su responsable Ogbonna Onovo, aparece en el país como el principal protagonista de las exacciones cometidas con la prensa. A la policía, que ya estaba mal formada antes, se le anima a usar la violencia con los periodistas, a fin de alejar a los testigos de sus operaciones.
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Entre otros, el Molá Omar se ha ganado la plaza en la lista de depredadores, lo mismo que el presidente de Chechenia, Ramzan Kadyrov, con quien Reporteros sin Fronteras se entrevistó en marzo de 2009. Sus chulescas poses de supuesta tolerancia, sus puntos de vista falsamente condescendientes sobre la libertad de prensa, no engañan a nadie.
FUENTE: Reporteros sin Fronteras
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